DEJA VU – BARADERO 2014

30 de Noviembre de 2014
DEJA VU – BARADERO 2014
Esta carrera, la primera cita de la temporada, es un referente para los amateurs que disfrutamos de esta disciplina. Me encuentro aquí una vez más…luego de 14 años cuando comencé a nadar en aguas abiertas.

 

 imagen Por Julio Martinez | ver perfil
Swimmers 

Noviembre del 2000…
Hace casi 2 años que nado con un grupo en el barrio de Almagro, CABA. Primero, fuimos compañeros de clase; luego, de entrenamiento; y finalmente, muchos de ellos terminaron siendo amigos de la vida. Estos últimos son los que me contaron, enseñaron y promovieron a nadar en aguas abiertas - disciplina totalmente desconocida por mí hasta ese momento.
La mejor manera de entender y vivir lo que me contaban era participar de algún evento y, según me indicaron, no había mejor lugar para hacerlo que en los 9Km de Baradero…
Noviembre del 2014, 14 años después, con 12 años consecutivos de participación y 2 años alejado de las aguas de Baradero, me encuentro en una situación similar nadando con un grupo del barrio de Almagro. Aunque pocos quedan de los que me alentaron a iniciarme en esta disciplina, también se han sumado compañeros de entrenamiento y he hecho muchos amigos en este grupo.
Es cierto que la organización del evento ha cambiado de aquella primera vez a ahora, pero ciertas cosas se mantienen: Fabián Deramo al frente de las charlas técnicas previas a la competencia, esa pregunta obligada y concurrente de quien nada por primera vez en Baradero, y el famoso comentario “no esperen seguir la línea del andarivel, pues no hay tal”.

DEJA VU – BARADERO 2014

DEJA VU – BARADERO 2014

Desde hace unos años, Fabián está más en el back stage - lo cual veo muy conveniente pues ayuda a contar con un evento mas organizado.
Ya hace 5 o 6 años que el recorrido de la carrera fue cambiado así como también el medio de transporte hasta la zona de largada - Doña Filomena fue reemplazada por unos micros y algunos camiones del municipio. Nuestros pies siguen sintiendo el hierro caliente o frío, según la condición climática, como en aquel entonces en la cubierta de Doña Filomena. El intimidante salto al agua desde la cubierta de barco fue reemplazado por un salto más tranquilo desde el volquete del camión y caminata por el barro – cambio necesario para velar por la seguridad de la cantidad creciente de participantes.

Este año, como no recuerdo que haya pasado antes, la competencia se debió suspender en 2 oportunidades por condiciones meteorológicas adversas (un hecho que sí destaco es justamente el sentido común de brindar la información precisa y dar el aviso inmediato a los participantes - que personalmente recibí con agrado). En la segunda oportunidad, estamos caminando bajo la lluvia para embarcar cuando nos avisan de que finalmente se suspende el evento, con la decepción y bronca que implica tener que emprender el regreso sin poder siquiera haber descargado la adrenalina. Esta situación meteorológica se mantiene hasta el mismo domingo obligando a modificar el evento de 9Km a 2Km. Esta situación ya la viví alguna vez y me invaden los recuerdos de tener que nadar una distancia que me incomoda.
Aprovecho para relajarme un poco y ver los diferentes stands que siempre acompañan el evento, tratando de evitar la ansiedad típica que me aborda.
Charla técnica de por medio, llega la hora de los que nadamos los 2 Km.
Nos acercamos a la orilla del río para ver llegar a los nadadores y rápidamente veo a Marcelo (después de varios años nadando con alguien, reconoces rápidamente un estilo entre el grupo de nadadores que viene en el río). Lo veo salir cómodo del agua y con una sonrisa, sus primeras palabras:¨ El agua está perfecta y solo molesta un poco el viento que genera unas olitas¨ me tranquilizan aún más. Los que llevamos varios años nadando sabemos que la información dada por los nadadores de la carrera corta nos proporciona la dimensión real y precisa del estado del río para nadar.
Ahora sí, ya no hay qué hacer para tratar de distraer a la cabeza. Solo se piensa en la carrera: si la voy a nadar con velocidad y garra por ser corta, o si voy a disfrutarla. Los comentarios de Marcelo me hacen pensar que esta vez puedo hacer ambas cosas.
Preparativos finales: ya me quedo solo con la malla, una remera vieja que se quedará en la largada y mis ojotas viejas, que me acompañan desde que empecé a nadar.
Antiparras, gorra y sobrecito de gel. Un amigo me da una bolsa de residuos grande para cubrirme y no sentir frío en el camino a la largada. La última charla de Fabián Deramo - una vez más pidiendo disculpas por no poder realizar la carrera con su distancia original y explicando que el clima no es una variable que se pueda controlar. Percibo que todos los que estamos en ese galpón lo entendemos bien y yo, en particular, quiero terminar cuanto antes. Se acuerda dejar los micros para las mujeres y los camiones para el resto. En ese momento me aislo mentalmente y me sumerjo en mis pensamientos. Subo a un camión rápidamente y se empieza a sentir la atmósfera de la competencia de inmediato: las bromas de siempre, comentarios sobre el clima, la suerte de tener esos kilitos de más para un día frío. Ese es el folklore previo que disfruto tanto: hablás con cualquiera sin importar si lo conoces o no. Una lluvia en el camino nos recuerda la razón de estar aquí y nos anima más a desear estar ya del otro lado de la línea de llegada.
Cuando llegamos al camping desde donde se larga, me reencuentro con mis amigos del club, mis amigos de Swimmers. Nos movemos para no perder temperatura. Pasa el tiempo. Hay que esperar. Prefectura es estricta en la seguridad. A correr un poco más, a mover el esqueleto
Finalmente escuchamos el altavoz con la voz de Deramo llamando a las categorías que largan antes que la nuestra. La sangre empieza a correr con fuerza nuevamente y enfilamos con mis compañeros hacia la orilla del río. Un saltito para entrar y la sensación de que todo está bien. El agua, tal cual la describió Marcelo, a una temperatura casi perfecta. Casi ni tiempo para saludarnos tuvimos cuando suena la sirena de largada. ¡¡¡A nadar se ha dicho!!!
Por suerte en esta largada no hay demasiados golpes y rápidamente se disgrega el grupo. Al poco tiempo, el viento comienza a formar unas olitas bastante molestas, haciendo que uno pierda el ritmo y ¡trague agua! Ante esta circunstancia y teniendo en cuenta que la distancia es corta, me sale de adentro pegarle al agua con fuerza, en cada ola que viene a mi encuentro. De esta manera, la jornada se hace amena y divertida y casi sin darme cuenta empiezo a divisar el puerto, el punto de llegada. Nuevamente muchos recuerdos muy lindos de cuando el recorrido terminaba en este mismo lugar. La salida es sin sobresaltos y, luego de una breve caminata, pasamos por el censor que lee las pulseras que usamos en esta edición. Ahora queda el reencuentro con los amigos, el estar atento a ver quién salió y quién falta por llegar para asegurarnos que todos estamos bien.
Este momento es ideal para comentar sobre la carrera, cómo sentimos el río y cómo nos sentimos nosotros. Otra buena costumbre de este tipo de competencia.
Como todos los años, luego de la carrera nos dirigimos al club Náutico donde, previo pago del arancel que el club estipule este año, nos damos un merecido baño con agua caliente.
Ahora solo queda comer algo rico que trajimos desde casa - por lo general en Baradero cuando salimos del agua, poca comida decente queda ya en los lugares locales. En esta oportunidad, unos sándwiches de jamón crudo, que estuvieron en mi pensamiento desde el primer minuto, casi dándome una razón más para llegar cuanto antes. Charla con amigos y conocidos y siempre bien recibidos por Constanza y Hernán en el puesto de Swimmers. Por suerte, la premiación no se hace esperar tanto como siempre sucede, y al respecto, debo decir que se consiguieron varias medallas…
Pero esa, esa es otra historia…

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